Bolt Thrower - Warmaster (1991)

"Your mind now out of control, a psychological disease
Your greatest fears envelop your mind Infect it with torment
Now totally insane, you cannot remember your life before
A final vain hope, as you grasp for the shreds"

Hoy os traigo un disco curioso en lo que a nuestro amado genero se refiere. Si alguien se fija en la estética de Bolt Thrower, le parecerá que estamos ante un grupo de Thrash Metal, al ver que su temática principal es la guerra (y un logo de un diseño poco común). Pues no. Bolt Thrower, junto con Immolation, son de lo más cercano al Death Metal puro y duro, al menos según buena parte de la opinión general más purista. Hoy analizaremos su War Master, considerado por la mayoría (me incluyo) su mejor trabajo.

Bolt Thrower se fundan en Inglaterra en el año 1986, y tras publicar dos álbumes considerados clásicos hoy en dia, dan a luz a War Master en 1991 (El año bendito al parecer, dada la gran cantidad de discos geniales que salieron por aquel entonces). Su nombre proviene de un arma del juego Warhammer 40.000, que también es uno de los temas principales de sus letras. ¿Qué tenemos cuando un grupo de frikis del Warhammer 40k se juntan para hacer un Death potentísimo? Pues tenemos un Death potentisimo.

Tienen algunas características en común con los ya mencionados Immolation. Si bien Bolt Thrower adoptaron antes la solidez que caracteriza a ambos grupos, y los dos comparten un tempo más bien lento centrado en la potencia, difieren en aspectos clave. En War Master encontraremos crudeza heredada del Punk (no en vano proceden del mismo país), un bajo retumbante que colabora sin descanso con la batería, y una voz desgarradora y profunda al mismo tiempo. Como nos dicta la época, veremos pocas filigranas y solos en este disco, solo sucesiones de riffs demoledores y canciones épicas por doquier.

Si bien al principio no me parecieron el grupo más destacable del mundo, acabé enganchándome gracias a la tercera canción, The Shreds of Sanity, con un riff principal que se quedará en vuestra mente para toda la eternidad, semejante a un cohete espacial dentro de una batidora (se que la comparación parece loca, pero esperad a escucharlo). ¡Hasta que volvamos a vernos!

Nota: 8/10